De estas fotografías, Ana Aizpiri precisaba que «en la elección de los motivos aparentemente más planos, más anodinos del entorno natural de Eibar, y en la conversión de esos motivos, incluso feos en nuestro inconsciente colectivo, como los pinos insignis y sus desordenados depósitos de filamentosas hojas, José Ronco ha encontrado el valor de la depuración del medio como método de búsqueda expresiva, alejado de visiones bucólicas -tan tradicionales en nuestros paisajistas- y románticas.«