Al pasear y observar lo que acontece a nuestro alrededor, se concibe que en tan poco espacio suceda tanto.
Así, comprendemos la mezcla de construcciones de diferente uso, con alturas variadas y formando todas un ente con personalidad propia.
Vecinos
La convivencia entre familia e industria va íntimamente ligada a los sonidos de máquinas, los olores de taladrina, a los vapores que ascienden por la escalera.
En el verano, se agudiza.
Gente que sube y baja por la escalera. El timbre de la oficina que suena. La madre sale a las compras. El recadista entra.
La fusión es tal que comparten y disfrutan del mismo espacio los niños con sus juegos, los adultos transeúntes y los obreros en faena laboral. Nadie sobra. Todos conviven. El espacio se distribuye equitativamente. El resultado es una sociedad plural, compacta.